No te quiero

Me niego a quererte. Me niego a ilusionarme con vos. Me niego incluso a escribirte esto, a plantear mis dudas sobre si te quiero o no te quiero. Porque no, claro que no te quiero. Es más, me caés mal. A veces te mataría. Pero ni siquiera quiero eso, quiero que seas nada para mí, quiero no pensar en vos, quiero no saber nada de vos. ¿Eso quiero? Sí, sí, eso tengo que querer.

Familia.

Hoy es un día en el que extraño a mi familia tal y como era. Con cinco miembros. Con esas comidas tan elaboradas de mamá, con esas charlas familiares, esos días en los que veíamos una película todos en el sofá de casa, o esos en los que jugábamos a un juego de mesa. ¿Hace cuánto que no hacemos nada de esto? ¿Hace cuánto fue que cuando volvía a casa no lo hacía con una sonrisa en la cara? ¿Cuándo dejé de tener un hogar para ser un lugar frío, casi vacío...?

Que pena que hayamos perdido eso tan bonito que teníamos.
Que pena el saber que ya no se puede recuperar.

Yo también te extraño

No entiendo. Enserio, lo intento, intento buscarle su lógica pero sigo sin entender. ¿Qué ganas con decirme eso? No terminamos mal, ¿entonces por qué ahora esto?
Me ha dicho que está más feliz sin mí. No sé que esperaba que le responda. Pero en lo único que puedo pensar ahora es que ojalá que se atragante con su tan abundante felicidad, se asfixie, y se muera, manga de HIJO DE PUTA.

Mis dos yo.

Siento como si fuera dos personas a la vez.

Una, la chica que se despierta todos los días a las 8 de la mañana. La que va con el pelo recogido y trabaja de lunes a sábados. La educada y la callada, que se limita a obedecer cuanto le manden.
Otra, a la vez, es la que se despierta a las 12 y media del mediodía. La que sale a bailar toda la noche. La que se pone como una loca a gritar cuando escucha el tema que le gusta. La que dice todo aquello que piensa. La que ríe.
Estas dos partes andan compitiendo la una con la otra. La primera, al parecer va ganando. La segunda, es la que quisiera dominar, la que tiñe mi vida de color y un poco de emoción. Y es la que va perdiendo...

Te recordaré

He de decirte que no fuiste algo importante en mi vida. No me has aportado mucho a mi vida, a mi persona en sí... quizás también sea porque no tuvimos tiempo. Pero aun así te recordaré, como siempre recuerdo todo, a todos... y he de decirte que cuando pienso en esas palabras italianas que me dijiste aquella noche, no puedo evitar que se me ponga esa cara de boba y esa sonrisa tonta.

Ojalá te vaya todo bien por allá.

Él

Yo no lo conozco aun muy bien y creo que no llegaré a hacerlo antes de que marche... pero él, él tiene el corazón destrozado. No sé quien lo habrá hecho ni por qué. Pero sé, que ahora él, se niega a amar. Se encierra en sí mismo y se prohibe enamorarse. Él, cuando empieza a sentir algo, corta de raíz.
Y es una pena. Porque es un hombre brillante... y aunque él intenta no serlo, es hasta cariñoso.
Me gustaría tanto demostrarle que es mejor sufrir y quemarse que convertirse en un hombre de hielo...

Aceptando la realidad

¡¡Maldita sea!! ¿Es que acaso me he estado engañando todo este tiempo? ¿O es que tenía este sentimiento dormido y ahora empezó a despertarse? ¿Acaso es que nunca te olvidé? ¿Nunca dejé de sentir lo que siento por ti?
Es hora de aceptar la realidad... aunque eso me aterre. Te echo taaaaaaanto de menos. Pero tantísimo. No dejo de pensar en ti últimamente. Y no paro de escuchar esa canción que siempre me recordó a ti, con los ojos cerrados, imáginandote a mi lado... hasta se me eriza la piel. Voy a decirlo ya, te quiero, sí, ¡te quiero!. Y no sé si podré dejar de hacerlo alguna vez. Quiero volver a verte, NECESITO volver a verte.

Intentando negar

No, no, no. No, no, no, no, no. ¡No!. No podés hacerme esto. No podés en este momento en el que estoy con dudas, aparecer y decirme lo que me decís. Y de la manera en que lo decís, que parece que le das vida a las palabras, rociándolas con tu tan abuntante pasión. Llevaba un tiempo pensando en vos, y ahora esto... y ahora no sé, no sé si... no, no, no, no. No.
(¿si te quiero?)

Momento difícil

He de confesar algo... tengo miedo. Tengo miedo porque empiezo a dudar de lo que siento. ¿Te quiero? ¿Te quiero realmente? Y qué sentido tiene quererte si tenemos fecha límite, si sé que esto no tiene futuro...

Antes pensaba "a disfrutar del momento". Ahora pienso "¿para qué seguir con algo que va a acabar?".

Un mes. Un mes es lo que me queda acá. Es lo que nos queda. Vos decís que no, que funcionará a la distancia... pero en tus ojos veo lo mismo que hay en mi corazón. Dudas.

Ya no te trato igual, lo noto... y sé que lo notás. Pero no es que no te quiera, creo que lo que me pasa es que dentro de mí sé que lo nuestro está muerto. Y una parte de mí me hace odiarte para que, cuando viaje, cuando esté bien lejos de vos... no duela tanto.

Lo sé, es horrible.

Se acerca la fecha

Y sin darme cuenta ya se fue Junio, ya se fue Julio. Y llegó Agosto. Y así de rápido como llego, así de rápido como se está yendo. Me aterra que pasen los días tan rápido. Me aterra ver como va avanzando cada minuto... dejándome ver, que Septiembre se aproxima, y con ello, mi despedida. Y con ello, decirte adiós.

Como duele decir adiós...

A vos...

A mamá:
Ya sé que nosotros, tus hijos, ya somos grandes. Y ya sé que vos, mamá, siempre andás diciendo eso de que algún día nosotros haremos nuestra propia vida y vos harás la tuya. Crees que no te necesitamos más, porque somos ya adultos, porque tenemos "nuestra vida" y ya no necesitamos que nos cuiden. Pero lo cierto, es que más ahora que nunca, te necesitamos con nosotros a nuestro lado. Sobretodo después de este cambio tan brusco... nos sentimos solos. Porque la verdad es que estamos solos. Y vos te alejaste antes de tiempo para no ver cuando no te necesitamos. Yo con 18 años, necesito que al llegar a casa, estés vos. Y me des un abrazo, y me preguntes que tal me fue el día mientras cocinás algo. Pero supongo que eso ya no lo tendré más. Aunque vos digas que sí, aunque me digas que soy lo más importante de tu vida y que siempre vas a estar para mí... no vas a estar. Porque si yo algún día vuelvo a casa mal, no vas a estar para verme y preguntarme qué me pasa, y yo no voy a llamarte "para no molestarte...". Y así, nos distanciaremos, y así serémos madre e hija pero nada más... ni siquiera amigas.

Palabra desgastada

La palabra perdón se empieza a desgastar después de que salga tantas veces de tus labios...

No sé como es que no me canso de que caigan mis lágrimas.

Preparando maletas...

Simplemente es imposible hacer una maleta sin ponerse nostálgica. Toda una vida metida en 46 kilos... es imposible. Tengo que deshacerme del 80% de mis cosas, de mis recuerdos. Tirarlos, regalarlos, da igual. La cosa es que no puedo llevarmelos conmigo. Una va guardando cosas sin darse cuenta, y en el momento de marcharse, en el momento que hay que meter la vida en dos maletas, te das cuenta... de todo lo que tenés y de todo lo que vas a perder. Una va diciendo "esto tengo que meterlo, y esto... y esto también, y aquello" y asi, va llenando todo de cosas imprescindible para vivir, pero sin embargo, dejando aqui todo aquello que tiene un valor distinto, más especial. Cosas que tienen toda una historia atrás. Ahora esas cosas solo quedarán en mi recuerdo...

Como él.

Impotencia...

Impotencia. Eso es lo que ahora mismo siento ante esta vida, que me empuja a saltar sobre una fosa llena de alambres de púa. Sí, asi de trágico. Estoy en el borde de la tierra, apretando fuerte los dientes, llorando, con un nudo en la garganta, con el corazón destrozado, con la cabeza cansada... y el mundo atrás empujándome. ¿Y lo peor de todo? Que no tengo alas para salvarme.

Lamentablemente...

¿Es eso entonces? Que nuestro amor tiene fecha de caducidad. Que nuestras manos se soltarán, nuestros cuerpos de despegarán y nuestros labios no se tocarán más...

Nada bueno

Últimamente todo lo que siento es estrés, tristeza, rabia, impotencia y, sobre todo... miedo.

¿Hora de marcharse?

¿Y otra vez? ¿Otra vez tener que dejar TODO atrás para empezar completamente de cero? Ahora que por fin había encontrado a mi media naranja, que tenía a alguien con quien compartir todos mis momentos, con quien ser feliz... ¿también he de dejarlo atrás?
¿Que se supone que debo hacer? ¿Apretar bien fuerte los ojos y engañarme de que estoy bien? Porque lo cierto es que en menos de cinco minutos he llenado todo mi escritorio de pañuelos. Lo cierto es que tengo los ojos hinchados y me duele la cabeza de tanto pensar y tanto llorar. ¿Ha llegado el momento de decirle adiós a España? ¿Tan sólo ocho años era el tiempo que debía pasar yo aquí? Lo cierto es que casi es media vida lo que llevo viviendo en este país. Sí, es cierto... por dentro siempre seguí siendo yo misma, con mi corazón argentino. Pero hay una gran diferencia: yo cuando me fui de Argentina tan solo tenía 10 añitos. ¿Qué me podía preocupar en ese entonces? No tenía nada que perder. Recuerdo que lo único que me importaba era meter mis peluches en las maletas y llevarmelos a todos. En cambio ahora... ahora tengo que meter toda mi vida de 18 años en una maleta y dejar todo el resto atrás. ¿Es eso?. ¿Y cómo hago para meter en la maleta mis afectos, mis amigos, mi novio?. No puedo... ¿De dónde saco yo la fuerza para dejar todo atrás y comenzar de nuevo? Completamente de nuevo. Sin nada, sin nadie. ¿Y quién me asegura un futuro mejor? ¿Y que pasa si me voy, dejo todo, y después de unos años me doy cuenta de que fue un error, de que nunca debería haberme vuelto?

¿Por qué? ¿Por qué es duro crecer, y que las cosas dejen de ser sencillas?
¿Por que tengo que decidir algo tan difícil para mi corazón?

Te comprendo, mamá. Sé que intentás todo por nosotros. Sé también que no pudiste. Y sé que esta es la única salida que nos queda. Sé que duele todo esto, pero sé que no tenés ninguna culpa. Tenés un gran coraje y un gran valor.
Y te tendré que dar una respuesta dentro de breve...

Y me mata la injusticia

Y ojalá.
Ojalá hubiera una manera de hacer las cosas más fáciles. No hablo de que sean fáciles al completo, hablo de que no estaría mal que se suavisara un poco el esfuerzo... y las caidas. Hay gente a las que todo le viene desde arriba, en bandejas de plata, con aroma a primavera y de color rosa. Y hay gente, que tiene que excavar, embarrarse no solo las manos sino todo entero para desenterar una migita de pan. Y que encima, sabe mal.
Yo solo quiero sencillez, ganarme lo que tengo pero no tan duramente, porque ya estoy cansada. Llega un momento en el que se empiezan a agotar las fuerzas, ya me tiemblan las rodillas de tanto caer y tanto levantar, tanto caer... y tener que levantar.
Y me mata la injusticia.

Fue sin notarlo...

Y sin darme cuenta,
dejé de ser tan yo para empezar a ser un poco más tú.

Desconfianza

Duele. Duele que no confíe en ti la persona que más quieres en este mundo. Que cada dos por tres te repita tu error, duele. Duelen los reproches.
Duele ver como no intentas superarlo, como no quieres borrarlo... sino que lo tienes presente, para echármelo en la cara en la primera oportunidad que tengas.
¿Y yo que hago? Cierro la boca, pido perdón... otra vez. Pero lo cierto es que ya me perdonaste en su día. Asi que no es justo esto. No quiero más desconfianza, he cambiado por ti. He renunciado a muchas cosas por ti. Lo doy todo por ti, para veas cuánto te quiero. Que soy otra. La que tú quieres que sea. Y tú sólo sabes pagármelo con desconfianza.
Lo entendía al principio. Pero ya no más. Porque ya no puedo hacer nada más para ganarme tu confianza...
Y si es que la has perdido para siempre, y si es que te he lastimado tanto que no podrás nunca superarlo, y si es eso, quizás... no deberías haberme dicho que me perdonas.
Puede que algún día estalle, y abra la boca y no sea para pedir perdón, sino para decir adiós.
Con todo el dolor de mi alma.

El mundo me sabe amargo hoy

Hoy lloré, porque simplemente... exploté. Literalmente, exploté. Hay veces en las que te pasa algo malo, y bueno, te lo tragás, ¿no?. Te pasa alguna otra cosa más y apretás fuerte los dientes pero mirás al mundo desafiante todavía. Pero cuando ya se acumulan tantas cosas, hay un punto en el que decís... basta. Mi vida no era lo que pensaba. Y te ponés a llorar con la amarga angustia de que encima, vos no podés cambiar nada. Son factores externos. Y te sentís como una muñequita estúpida del maldito mundo, que juegan con vos, que te ponen mil trabas para brillar, mil trabas para poder volar. Y ahí estas. Con las alas cargando en tu espalda pero sin poder estirarlas para volar. Por eso lloro, porque me gustaría que por lo menos una vez fueran las cosas fáciles, sencillas. No se equivoquen, yo sigo luchando por desplegar mis alas. Es sólo un día de bajón, supongo. Un día que te parás y te mirás a vos misma y no tenés todo lo que querías. Te mirás y ves que todo lo que habías planeado para vos, simplemente, no lo tenés a día de hoy. No sos quien pensaste que ibas a ser.

Y todo es una maldita mierda.

¿Decepción?

Hay veces que deseamos tanto algo... pero cuando después lo conseguimos, nos damos cuenta de que realmente... no era gran cosa. Que estabamos mejor antes.


No se si me entienden. Sinceramente, creo que ni yo me entiendo.

M♥

¿Cómo empezar a escribirte algo? Tengo tantos momentos en mi mente ya pasados juntos, tantas nuevas sensaciones, nuevos sentimientos. He aprendido muchísimo a tu lado, de ti y de tu forma de ser... y del amor en sí. He aprendido a leer tus miradas, tienes varias pero todas me vuelven loca. He aprendido a despertar pasión en ti, y a la vez, despertarla en mí. He aprendido a confiar. He aprendido a expresarme y a decirte que te quiero. Porque sí, te quiero. Y mucho además. Podría pasarme la vida entera besándote o abrazándote, porque nunca me canso de ello. No me bastan las palabras para agradecerte todo el amor que me das, porque es demasiado esto, es demasiado grandioso que a veces ni siquiera parece real. A veces me pregunto si no estaré soñando y cuando despierte estaré sola en mi cama. Pero no es así, te tengo junto a mí, es real. Lo que llevaba buscando todos estos años, por fin lo encontré. Un amor puro, verdadero.
Estoy enamorada de él. Y es maravilloso saber que él lo está de mí, que si caigo tengo una mano que me ayude a levantarme, una voz diciendome siempre que puedo hacerlo, todas sus sonrisas para calmarme.Te quiero. No te alejes nunca de mi lado...

Feliz cumpleaños...

Nueve de Enero de 2010.

¿Qué qué día es hoy? Hoy es su cumpleaños... sí, el cumpleaños de alguien a quien amé, amé mucho y que me lastimó, me lastimó mucho. Cumples 20 años, y yo te conocí con apenas 16. A los 18 dejé de saber de ti. Y mira donde estoy, escribiendote por tu cumpleaños, escribiendo aunque sé que no leeras nada de esto. No sabes la existencia de este humilde blog, donde tanto te escribí, donde tanto te lloré, y tanto te odié. Solo quería decirte que hoy casi ni recuerdo que era tu cumpleaños. Fue que de casualidad, miré el movil, vi la fecha y me quedé pensando... 9 de enero... y me vino tu recuerdo. Pero no me dediqué a pensar en ti todo el día o a escribirte sin parar o a llamarte para que me ignores. He pasado un día maravilloso al lado de alguien increíble y me olvidado incluso de que existias. Hasta recién que tuve que mirar la fecha y me volvi a acordar de ti. Decirte que no guardo rencor. Que espero que seas feliz y seas tan maravilloso al lado de alguien como algún día lo fuiste conmigo. Tienes mucho para dar... y me duele que siempre te vea solo, eres un alma solitaria y sé que en el fondo tú también necesitas amor. Dar y recibir. Porque todos lo necesitamos... Quiero que seas feliz. Lo quiero porque me has aportado cosas a mi vida, y siempre le deseo lo mejor a quien me ha dejado algo bueno. Feliz cumpleaños, a ti... mi "hermanito mayor", ¿recuerdas? Sí, lo confiezo... te echo un poco de menos. Pero no como antes, tan solo desearía que estuvieras en mi vida... saber como estás, felicitarte y darte un beso por tu cumpleaños. Un beso real. No meras palabras...