Perdí un pendiente en su casa aquella noche. Al notar su ausencia le pedí que lo guardara y que algún día pensaba recuperarlo. Hoy, me lo ha hecho llegar a mis manos... y aquí estoy. Como una tonta haciéndolo girar entre mis dedos, mirándolo fijamente... como si por el hecho de saber que estuvo en tus manos, cerca tuyo durante días, supiera de ti. Preguntándome si él también se habrá quedando mirándolo durante rato y acordándose lo que pasó aquella noche... o si es que acaso lo dejó olvidado encima de alguna mesa sin acordarse de él... ni de mí.
Una parte de mí quería que te lo quedaras. Supongo que por el hecho de que si lo conservabas era porque significó algo para ti. O quizás por el mero hecho de que lo veas entre tus cosas y recordarme en algún momento de tus días. Pero todo eso ya da igual, ahora lo tengo aquí, entre mis dedos, y soy yo la que te piensa. Ni siquiera sé por qué, pero aquí estoy... dándome cuenta de que de aquella noche, ya nada quedó...
...si es que alguna vez, algo existió.
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