Olvidar, pese a lo que digan, es algo posible... pero lento, muy lento. De manera inconsiente vas dejando de pensar en aquella persona. Al principio piensas en él al acostarte, al despertar y varias veces a lo largo de un día. Y luego, un día te sorpendes que no has pensado nada en él, y le dedicas unos 5 ó 10 minutos.
Yo te he olvidado en muchos aspectos. No me acuerdo con exactitud si tus ojos eran marrones o negros. Y me temo que no estoy segura de cómo era el sonido de tu voz. He borrado sin quererlo varios momentos que pasamos juntos, y los que recuerdo están algo borrosos.
Y antes siempre había algo que me recordaba a ti. Siempre. Ahora solo me queda una cosa. Bueno, de hecho me quedan dos. Una es esa gomilla de pelo que me diste un día, lo recuerdas tú? La tengo guardada en una cajita de cristal como si fuera un diamante o una joya de valor incalculable. Y la otra, es el billar. Siempre, siempre que voy a jugar al billar con unos amigos no puedo evitar pensar en ti y en los tantos que jugamos juntos. Al fin y al cabo, asi empezó todo, no? Recuerdo cuando estaba perdidamente enamorada de ti que decidí comprarme un llavero que tuviera la bola 8 (la negra) del billar. Esa por la que tú siempre perdias y lo que me hacía ganar a mí. Pero finalmente nunca me la compré. Y menos mal. Te imaginas que tuviera el llavero colgando en mis manos todos los días? Bastante complicado me resulta ya...
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