Sin enredos, por favor.

Quizás me gusta que sean directos conmigo porque sé que no me van a romper el corazón, se diga lo que se diga. ¿Corazón? Lo que a mí me queda es un pecho vacío. 

Hoy, todo es soledad.

Hoy es uno de esos días en los que la soledad abunda.

No hay nada más que vacío, 

ojos que no miran hacia ningún lado, 

palabras que (si es que las hay) 

no dicen nada.

Soledad espesa, 

soledad que te atrapa, 

soledad que te ahoga.

Acá estoy y no sé bien por qué.

Bueno, siendo sincera, no sé bien qué hago acá. Sólo sé que quiero saber la verdad, por más que seguro duela, quiero saber que es lo que te hizo alejarte de mí. El motivo de tu desaparición. 

Así que acá estoy. Enfrente a tu casa, a mitad de noche, sin saber bien mi propósito. Pero necesitaba venir, necesitaba verte, tenerte cara a cara y hablar. Nunca me la jugué por nadie... siempre tenía en mi cabeza la idea de que "si no es fácil, por algo será". Nunca la remé por nadie, nunca me sacrifiqué, nunca hice ninguna locura por alguien que ni siquiera sé si me piensa un segundo a lo largo del día. ¿Será por eso que estoy sola? ¿Porque siempre espero que se la jueguen por mí, pero yo siendo incapaz de apostar primero?.

Hoy quiero terminar con eso. Hoy quiero mirarte a los ojos, y decirte la verdad. Que hay muchas cosas que me sacan de vos, pero a la vez, me vuelven loca. Que todos esos "simplemente pasó" y que adjudicamos al alcohol, tienen una razón del otro lado. Que sos una especie de imán, que me atraés y que no lo puedo evitar. Que extraño tus besos.

Que quiero ser parte de tu vida, no sé bien en que medida, pero ser parte de ella. Que no me cierres la puerta y me dejes del otro lado, con el aroma de tu perfume entre mis dedos, y sin saber qué hice mal.

¿Es miedo, lo que te aleja? Porque yo también lo tengo. ¿Y sabés qué? Creo que es algo bueno... no el estar complacidos al 100%, sino tener miedo de algo... es lo que lo vuelve real.

Espero que no.

Sólo espero que si algún día llegas a decirme "te quiero"

no sea el mismo en que yo pueda decirte "yo te quería".

Septiembre.

Para mí Septiembre siempre fue especial, aunque no sepa bien por qué. Pero es como que supone un "empezar de nuevo". Una especie de año nuevo adelantado. 
Y este año puedo decir que empecé mi Septiembre entre lágrimas. Pero está bien, ¿saben por qué? Porque fueron lágrimas que me fortalecieron. Entonces quizás sea más adecuado decir que empecé el Septiembre de apariencia débil pero de mente más fuerte. Ya no lloraré más por ello, eso quedó como parte del Agosto. Y ahora tengo mi nuevo comienzo. Y a sólo día 7 puedo decir que ya tuvo algo especial. Eso es lo que siempre me gusta de este mes... esta lleno de pequeñas cosas especiales. Seguramente sea cosa mía, lo sé, lo más seguro es que todos los meses estén llenos de estas pequeñas cosas, pero que yo nunca las sé ver. Que tan sólo presto atención a veces.
En fin. Queda mucho Septiembre por delante. Y tengo ganas de ir a vivirlo.

¡Así de fácil!

¿Estás en duda si te gusta o no esa persona? He aquí un pequeño test:
Materiales necesarios: Papel y lápiz.

Paso número uno (y único): tomar el lápiz y apoyarlo sobre el papel.
Resultado: a) Escribiste una o dos palabras sueltas que no sabés ni como encajar.
                    b) Cuando te querés dar cuenta ya tenés más de media hoja escrita.

Mayoría de respuestas A: no sentís nada por él.
Mayoría de respuestas B:  efectivamente, te gusta.

A mí siempre me funcionó.

Lo frío es más fácil.

Acá estoy otra vez. Con lágrimas escapando de mis ojos, sin poder retenerlas, con un nudo en la garganta, con mil ganas de gritar y no poder decir una palabra. ¿Siempre la misma historia? Me prometo a mí misma que va a ser diferente, que no me voy a lanzar al vacío con los ojos cerrados, que lo voy a pensar tan sólo cuando a mí me de la gana, que no me voy a ilusionar más de lo necesario. Y termina siendo todo al revés. Y luego termino aquí, llorando, escribiendo sobre lo estúpida que fui. 

Creía que había perdido la capacidad de querer... lo creía firmemente. Pero tú me hiciste dudar de ello. Y fue tan cálida la sensación  por un momento que me aferré a ella, quizás por eso me dolió tanto... Y ahora, que te llevas el último rastro de esperanza que quedaba en mí, ahora que te llevas mis gastadas ilusiones, mi último suspiro...

Ahora sí que estoy vacía. Y lo que aún es peor: ahora quiero estar vacía. No quiero volver a pensar en nadie, no quiero quedarme examinando ningún cuerpo hasta aprenderme cada mínimo lunar, no quiero volverme adicta a un perfume, no quiero sentir ese miedo que se tiene antes de verlo, no quiero, no quiero, no quiero nada...

Diferencias.

Él quería caminar a paso de tortuga, teniendo tierra firme bajo sus pies, asegurándose de dónde pisar.

Yo quería salir volando a 200 km/h sin ni siquiera pensar dónde nos podíamos estrellar.

Pánico.

¿A quién intento engañar? Digo que no quiero que nadie luche por nadie, que se de solo, porque sí se da solo es que es verdadero amor. ¿Y desde cuándo es así? ¿Desde cuándo las cosas tienen que ser fáciles? El amor no se crea de la nada, el amor se construye. 
Es tan solo que tengo pánico a luchar. Tengo pánico a empezar a armar un amor.
Y en el fondo me muero de ganas de verte luchar por mí. De que hagas lo imposible para demostrarme que te importo. 

Sin embargo, aquí estamos. 
Uno enfrente al otro, mirándonos. Esperando que sea el otro el que avance. Esperando que sea el otro el que se lance al vacío con los ojos cerrados. Y después, depende de como haya caído, vemos si nos tiramos nosotros...

Yo no pienso luchar por nadie.

Yo no creo que en el amor tenga que haber eso de "yo la remo por vos"o "yo la peleo por vos". ¿No es estúpido?

Siento decirte que si esperás eso de mí, ya te podés bajar del barco. Porque yo tiré los remos. Porque yo dejo que me lleve la corriente. Porque no estoy dispuesta a sacrificarme por nadie ni espero que nadie lo haga por mí. Tan sólo espero que nos sentemos uno al lado del otro y que sea el viento quien nos guíe. Debería ser fácil. Y si no lo es, por algo será...