Acá estoy otra vez. Con lágrimas escapando de mis ojos, sin poder retenerlas, con un nudo en la garganta, con mil ganas de gritar y no poder decir una palabra. ¿Siempre la misma historia? Me prometo a mí misma que va a ser diferente, que no me voy a lanzar al vacío con los ojos cerrados, que lo voy a pensar tan sólo cuando a mí me de la gana, que no me voy a ilusionar más de lo necesario. Y termina siendo todo al revés. Y luego termino aquí, llorando, escribiendo sobre lo estúpida que fui.
Creía que había perdido la capacidad de querer... lo creía firmemente. Pero tú me hiciste dudar de ello. Y fue tan cálida la sensación por un momento que me aferré a ella, quizás por eso me dolió tanto... Y ahora, que te llevas el último rastro de esperanza que quedaba en mí, ahora que te llevas mis gastadas ilusiones, mi último suspiro...
Ahora sí que estoy vacía. Y lo que aún es peor: ahora quiero estar vacía. No quiero volver a pensar en nadie, no quiero quedarme examinando ningún cuerpo hasta aprenderme cada mínimo lunar, no quiero volverme adicta a un perfume, no quiero sentir ese miedo que se tiene antes de verlo, no quiero, no quiero, no quiero nada...
0 comentarios:
Publicar un comentario