domingo, 30 de mayo de 2010

¿Hora de marcharse?

¿Y otra vez? ¿Otra vez tener que dejar TODO atrás para empezar completamente de cero? Ahora que por fin había encontrado a mi media naranja, que tenía a alguien con quien compartir todos mis momentos, con quien ser feliz... ¿también he de dejarlo atrás?
¿Que se supone que debo hacer? ¿Apretar bien fuerte los ojos y engañarme de que estoy bien? Porque lo cierto es que en menos de cinco minutos he llenado todo mi escritorio de pañuelos. Lo cierto es que tengo los ojos hinchados y me duele la cabeza de tanto pensar y tanto llorar. ¿Ha llegado el momento de decirle adiós a España? ¿Tan sólo ocho años era el tiempo que debía pasar yo aquí? Lo cierto es que casi es media vida lo que llevo viviendo en este país. Sí, es cierto... por dentro siempre seguí siendo yo misma, con mi corazón argentino. Pero hay una gran diferencia: yo cuando me fui de Argentina tan solo tenía 10 añitos. ¿Qué me podía preocupar en ese entonces? No tenía nada que perder. Recuerdo que lo único que me importaba era meter mis peluches en las maletas y llevarmelos a todos. En cambio ahora... ahora tengo que meter toda mi vida de 18 años en una maleta y dejar todo el resto atrás. ¿Es eso?. ¿Y cómo hago para meter en la maleta mis afectos, mis amigos, mi novio?. No puedo... ¿De dónde saco yo la fuerza para dejar todo atrás y comenzar de nuevo? Completamente de nuevo. Sin nada, sin nadie. ¿Y quién me asegura un futuro mejor? ¿Y que pasa si me voy, dejo todo, y después de unos años me doy cuenta de que fue un error, de que nunca debería haberme vuelto?

¿Por qué? ¿Por qué es duro crecer, y que las cosas dejen de ser sencillas?
¿Por que tengo que decidir algo tan difícil para mi corazón?

Te comprendo, mamá. Sé que intentás todo por nosotros. Sé también que no pudiste. Y sé que esta es la única salida que nos queda. Sé que duele todo esto, pero sé que no tenés ninguna culpa. Tenés un gran coraje y un gran valor.
Y te tendré que dar una respuesta dentro de breve...

lunes, 24 de mayo de 2010

Y me mata la injusticia

Y ojalá.
Ojalá hubiera una manera de hacer las cosas más fáciles. No hablo de que sean fáciles al completo, hablo de que no estaría mal que se suavisara un poco el esfuerzo... y las caidas. Hay gente a las que todo le viene desde arriba, en bandejas de plata, con aroma a primavera y de color rosa. Y hay gente, que tiene que excavar, embarrarse no solo las manos sino todo entero para desenterar una migita de pan. Y que encima, sabe mal.
Yo solo quiero sencillez, ganarme lo que tengo pero no tan duramente, porque ya estoy cansada. Llega un momento en el que se empiezan a agotar las fuerzas, ya me tiemblan las rodillas de tanto caer y tanto levantar, tanto caer... y tener que levantar.
Y me mata la injusticia.

sábado, 8 de mayo de 2010

Fue sin notarlo...

Y sin darme cuenta,
dejé de ser tan yo para empezar a ser un poco más tú.

LOOVE ME FOR ME